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A ritmo de Tango: River y sus vergüenzas,grande San Martin



La realidad es que River nunca ha sido un equipo de Libertadores. Gigante en Argentina, su leyenda siempre se ha diluido como un azucarillo en el torneo de los torneos de América Latina. Eso es así, algo contrastado con el paso de los años. Independiente, Estudiantes y por supuesto Boca, son equipos mucho más coperos. Sin embargo, este matiz histórico no puede tapar el ridículo que han hecho los de Núñez en esta primera fase de la Libertadores, donde no han sido capaces de pasar, como ya ocurriera hace dos temporadas, en un grupo con rivales bastante inferiores.

River va de bochorno en bochorno en los últimos años. Exceptuando los seis meses en los que Simeone sacó campeón al equipo del Clausura 08, el último lustro de los millonarios es lamentable. Sólo un título y espantosos ridículos: sendas derrotas ante el débil Caracas en la Copa de hace dos años, el Monumentalazo de San Lorenzo en la Libertadores pasada, cuando el Cuervo ganó con dos menos y pasó a cuartos, las decepciones en la Sudamericana frente a Arsenal y Chivas, goleadas inexplicables contra equipos como Tigre, San Martín u Olimpo y, sobre todo, el farolillo rojo del Apertura 08. Este jueves hubo más, con una decepcionante derrota ante Nacional de Paraguay.

River había ilusionado este año. El fichaje de un futbolista con estrella como Fabbiani, el regreso del Muñeco Gallardo, la permanencia de Buonanotte… Parecía que se podía empezar de nuevo, pero River ha vuelto a golpear a su gente. Quedar eliminado, a falta de que se dispute un encuentro, de un grupo en el que competía con Nacional, Universidad San Martín y Nacional de Paraguay se antoja surrealista. Este jueves, para colmo, no sólo perdió, sino que rozó el esperento cayendo 4-2 en tierras guaranís contra un Nacional que ya estaba matemáticamente eliminado.

¿Culpables? Muchos. Del partido ante Nacional Gorosito tiene gran parte, porque dejar en el banquillo al Muñeco Gallardo, única referencia histórica, de los pocos que comprende el peso de la camiseta, es una temeridad. Pero, no obstante, sería injusto obviar que el problema viene de lejos, que River sufre desde hace tiempo una inestabilidad impropia de club grande y su situación no es nada comparable a la de Boca.

Es cierto que el fútbol argentino está marcado por proyectos ajenos a la continuidad, dado el frenético ritmo de los traspasos a Europa. Pero River es River y en teoría debería tener la suficiente fortaleza económica para impedir esos vaivenes, para poder retener a figuras dos o tres años y crear una columna vertebral que vaya definiendo al equipo. Ahí está Boca, con hombres como Ibarra, Battaglia, Morel, Palermo, Palacio o Riquelme, que aseguran una continuidad de imagen. En Boca hay una línea de juego y resultados porque ejerce de grande y mantiene una jerarquía, en su plantilla encontramos hasta cuatro o cinco jugadores de selección…

Eso no sucede en River, un club incapaz de traer a D’Alessandro, perdiendo la partida contra San Lorenzo, que ve como Abreu escoge a un Segunda de España antes que el escudo de un gigante mundial o que no puede mantener a Carrizo en Argentina un par de añitos más, teniendo ahora una inestabilidad prácticamente sin precedentes bajo palos. No, River carece de referentes y de la solidez de Boca paraagaguantar figuras. Apuesto a que este próximo verano Villagra o Ahumada, por decir dos de los mejores jugadores que hay ahora en el plantel, saldrán de Núñez. Y vendrán otros, y se comenzará de nuevo, y de nuevo se necesitará tiempo para que el equipo se haga, y cuado se arme el equipo habrá llegado diciembre y de nuevo habrá más salidas con otras entradas… Es una rueda, una rueda que no para y que está aniquilando a los millonarios.

José María Aguilar, obviamente, tiene mucho que ver con todo esto. Como presidente ha sido incapaz de mantener una línea de estabilidad en Núñez. Muchos en River no pueden comprender como Aimar, D’Alessandro o Saviola, futbolistas que en Europa han perdido peso pero que allá son ídolos, no son fichados. Es más, se indignan viendo como Boca puede asumir la megalómana ficha de Riquelme o como San Lorenzo ficha a Solari y ellos no pueden repatriar de Europa a jugadores que todavía tienen mucho que decir y que a poco que les llamen y le ofrezcan una oferta económica de acuerdo a sus pretensiones no se lo piensan en volvar.

Las elecciones en River serán el próximo mes de diciembre y parece lógico que se ponga fin a la era Aguilar, el hombre que se cargó al equipo de Ramón a comienzos de la década y que desde entonces no ha hecho más que de darse de bruces con símbolos del club, pese a que hay que reconocer que también forjó equipos campeones con Pellegrini y Astrada. Sus dos mandatos presidenciales tienen luces pero sobre todo muchas sombras.


de:http://www.notasdefutbol.com/liga-argentina/a-ritmo-de-tango-river-y-sus-verguenzas

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