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Silvia Núñez del Arco habla en exclusiva sobre su sexualidad, y sus parejas de todos los sexos

Silvia Núñez del Arco: "Me molestaba tener dudas sobre mi sexualidad"

Desde el interior de la burbuja construida para proteger a su bebe, la novia de Bayly habla de su libro y cómo vivió su etapa escolar

En la presentación vimos a dos Silvias. Una que leía nerviosa un discurso literario y, luego, otra que fresca y relajada contestaba las preguntas de los periodistas.

¿Cuál es la real?
Las dos. Tengo un lado muy tímido, inseguro, miedoso, al que le toma tiempo adaptarse a un lugar. Pero cuando hay buena onda, sale la otra Silvia, relajada, divertida, que sabe improvisar. En un primer momento me salió el lado huraño del escritor, y luego la chica de 22 años que quiere ser amiga de todos los que están allí.

¿Y cuánto hay que creerle a esa primera Silvia que cita a Flaubert? ¿Por qué citarlo si sabemos que no lo lees?
Lo intenté con Madame Bovary. Es cierto que no he leído “La educación sentimental”, pero sí lo he ‘googleado’ mucho y en mi cuaderno tengo muchas de sus frases apuntadas. Que haya sido perseguido y condenado por su primera novela es algo que me atrae mucho. Por eso lo cité. Pero también sé que suena mucho más genuino que una chica de 22 años diga que, en realidad, ha leído poco. No me considero una lectora voraz. El gusto por los libros es una disciplina que me impongo. No me nace.

Anunciaste un tercer libro para este año. ¿Por qué correr tanto?
Me gusta ponerme retos. Quizás no debería publicar un libro por año, pero sí es bueno decírmelo a mí misma. Sé que tener un bebe me quitará tiempo para escribir, y es una forma de presionarme.

¿Lucía, la protagonista de tus dos novelas, se ha convertido en un álter ego que te acompañará en todas tus historias?
Ese fue mi plan inicial, que tenga vida a lo largo de mis novelas. Es mi álter ego pero me ha sorprendido ver cómo, en esta novela, se ha despegado un poco más de mí. A lo mejor, esa separación se irá incrementando.

¿Qué tan crueles fueron para ti los años en el colegio?
No fui particularmente agredida de niña. Por suerte, a pesar de que me cambiaron de colegio, sentí aceptación. Pero nunca pertenecí a ningún grupo. Siempre estaba saltando entre amigos, sin echar raíces y eso me molestaba. También me molestaba tener dudas sobre mi sexualidad o mis emociones con esos chicos que se me acercaban para entregarme cartitas de amor. Las chicas se dividían entre las populares, que se visten bien y llaman la atención, las que se van a fiestas y se emborrachan, y las más tranquilas que estudian los fines de semana.

Las feas…
Claro, y siempre es curioso encontrar una chica bonita en el grupo de las ‘pavas’ y una fea entre las que destacan. Lucía, la protagonista de la novela, tiene cierto éxito con los chicos pero no llega a pertenecer al grupo de las chicas-cafetería. Me gusta explorar el tema de ser el lunar negro dentro de un grupo.

¿Tú fuiste la chica bonita dentro del grupo de ‘pavas’?
No tanto así. Me movía en varios grupos. Encajaba con las chicas-cafetería y con el grupo de las ‘pavas’. Tiene que ver con mi doble personalidad, con el tema de las dos Silvias. No es algo fingido.

¿Ha habido alguna reacción de tu colegio? No pintas muy bien a tus profesores…
La mayor parte de los profesores pertenece a la ficción. Por suerte, no he tenido ninguna comunicación con el colegio… de momento [ríe]. Aunque temía un poco su reacción, uno no deja de hacer las cosas por lo que piensen los demás, uno se arriesga.

Has decidido meterte dentro de una burbuja para que no perturben tu felicidad. ¿Cuánto puede resistir esa burbuja tantos ataques?
Resistirá hasta el momento que lo decida. La burbuja protege al bebe más que a mí misma. Mi desconexión es mental. Me entero de muchas noticias, tampoco me restrinjo, no dejo de salir a la calle o de leer los periódicos. He aprendido a reírme de los ataques.

Lo último que se ha dicho es que has tenido relaciones con tu propio hermano y que todo lo que dice la novela es cierto…
Qué te puedo decir. Lo único que puedo afirmar es que ambas declaraciones son falsas. Yo no siento que sea una novela lésbica donde se narren encuentros sexuales. Va más por el lado de la fantasía.

Si ya confesaste que tuviste dudas con tu sexualidad, parecería tonto no confesar algo más.
Si yo tuviera algún tipo de preferencia en ese sentido, no tendría ningún reparo en decirlo. Creo que he dado muestras de que no me importa ir contra la corriente. A estas alturas no tendría problemas en decir que me gustan las chicas. Pero, no.

*¿Esperas en algún momento una revancha?*
No. No tengo ganas de responder. Quiero vivir los últimos días de mi embarazo con calma, empezar a escribir la siguiente novela. Las energías son para ponerlas en cosas buenas. Si las pones en cosas malas, te regresan. Yo creo en el karma más que en Dios.

EL LIBRO
“Hay una chica en mi sopa” es una novela sobre las dudas de Lucía, atraída eróticamente hacia su profesora de alemán. La novela la presenta al cumplir los 11, 15 y 17 años, edades determinantes en la formación de la identidad sexual. “A los 11 ocurren los primeros besos. A los 15, los primeros encuentros sexuales, cuando todo es más físico. A los 17 tienes las cosas más claras pero aún hay un pequeño margen de error”, dice la autora.

1 comentario:

  1. eres una tonta, no una escritora, sí no pudiste leer madame bovary, mejor muérete como escritora, pobre de ti

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